A comienzos de este mes (julio 2021), un Informe conjunto de ambas instituciones hizo saber que miles de millones de personas se quedarán sin acceso a servicios de agua potable, saneamiento e higiene antes de 2030, a menos que el esfuerzo se multiplique significativamente.
En los países menos adelantados el actual progreso deberá multiplicarse por 10 y en los contextos más frágiles donde hoy la gente no tiene acceso al agua potable, el esfuerzo deberá multiplicarse por 23.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, adoptada en 2015, planteaba metas ambiciosas y transformadoras. Buscaba ‘cambiar el mundo hacia un camino sostenible y resiliente’, ‘hacer realidad los derechos humanos de todos’, ‘acabar con la pobreza en todas sus formas’ y garantizar que ‘nadie se quede atrás’.
Cinco años después de esos Objetivos (ODS), el mundo no está en camino de alcanzar esas metas. El ODS 6 ( 1 y 2) “Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos” muestra que, aunque se han realizado algunos avances en materia de acceso a servicios de agua potable, saneamiento e higiene, se está aún muy lejos de lograr el “acceso universal para todos”.
El Informe “Progress on household drinking water, sanitation and hygiene 2000-2020” (“Progresos en materia de agua para el consumo, el saneamiento y la higiene en los hogares”) del Programa Conjunto de Monitoreo OMS/UNICEF para el Abastecimiento de Agua, el Saneamiento y la Higiene, advierte sobre las consecuencias de no alcanzar las metas y que miles de millones de personas se queden sin acceso a servicios de agua potable, saneamiento e higiene antes de 2030.
Cuando se inició la pandemia y las recomendaciones de la OMS instaban a lavarse las manos con agua y jabón con frecuencia en el hogar, tres de cada 10 personas de todo el mundo no tenían esa posibilidad.
En 2020, alrededor de una de cada cuatro personas carecía de una fuente de agua potable gestionada de forma segura en su hogar y casi la mitad de la población mundial no tenía acceso a servicios de saneamiento gestionados de manera segura.
Los datos deberían alertarnos acerca de la “ceguera” voluntaria o involuntaria que la otra mitad del Planeta tiene sobre esa dramática realidad, en un mundo que presume de riqueza, civilización y progreso tecnológico, mientras somete a la mitad de la población mundial a carencias tan elementales como el acceso al agua y al saneamiento.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS recuerda que “lavarse las manos es una de las formas más efectivas de evitar la transmisión de la COVID-19 y de otras enfermedades infecciosas; sin embargo, en el mundo hay millones de personas que no tienen acceso a una fuente de agua potable segura… Las inversiones en agua, saneamiento e higiene deben ser una prioridad mundial si queremos ponerle fin a esta pandemia y crear sistemas de salud más resilientes”.
Los avances realizados en cinco años (2016-2020) para conseguir un acceso universal a los servicios básicos de agua, saneamiento e higiene han sido insuficientes:
El Informe de UNICEF-OMS explica claramente que, si se mantienen las tendencias actuales, miles de millones de niños y familias se quedarán sin servicios esenciales vinculados al agua, imprescindibles para la vida. En concreto, señala que siguiendo la actual tendencia, en 2030:
Es cierto que el punto de partida era deficiente, pero no es posible festejar avances que la humanidad omitió hacer con la complicidad de muchos. Henrietta Fore, Directora Ejecutiva de UNICEF reconoce que “incluso antes de la pandemia, millones de niños y familias ya estaban sufriendo debido a la falta de agua limpia, saneamiento y un lugar donde lavarse las manos” y que “las alarmantes y crecientes necesidades siguen superando nuestra capacidad de respuesta”.
Para la funcionaria de Naciones Unidas “ha llegado la hora de acelerar drásticamente nuestros esfuerzos a fin de atender las necesidades más básicas de los niños y las familias y proteger su salud y su bienestar a través de, entre otras medidas, la lucha contra enfermedades contagiosas como la COVID-19”.
CONTEXTO DE LA ODS 6
En el Informe se ponen de manifiesto las profundas desigualdades que afectan especialmente a los niños y las familias vulnerables. De hecho, si queremos conseguir el acceso universal a fuentes de agua potable gestionadas de manera segura antes de 2030, será necesario multiplicar por 10 el índice actual de progreso en los países menos adelantados y por 23 los esfuerzos en aquellos contextos frágiles donde no se tenga hoy acceso al agua potable.
Es necesario incrementar las inversiones, aunque la pandemia haya complicado severamente las cosas. A menos que los progresos de multipliquen de manera acelerada, será imposible cumplir con los Objetivos de la Agenda 2030.