Solo nueve Estados de los 50 que componen Estados Unidos están en manos de mujeres. Una de ellas ha sido reconocida por ser de los pocos líderes del país con una acción efectiva para enfrentar la pandemia y el cambio climático. Se trata de la Gobernadora demócrata del estado de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham, una de las voces políticas más lúcidas de EEUU.
En la Cumbre del Clima convocada por Biden en abril pasado, tuvo la fortaleza de recordar que “Estados Unidos tiene, de todos los países asistentes a la cumbre, el peor historial en lo que a emisiones de gases de efecto invernadero se refiere” y que, aunque las iniciativas propuestas y la dirección actual son correctas, “queda un largo camino por recorrer”.
En esa reunión de más de 40 líderes mundiales, ella significó una de las pocas señales esperanzadoras ante un concierto de voces que daban tristeza y rabia, por la pobreza de sus concepciones y la poca comprensión de la gravedad de la emergencia global.
Levantar la voz sin tibieza, para señalar el rol de su país en la emisión de gases contaminantes, tras cuatro años perdidos por la Administración Trump y su bochornoso “negacionismo climático”, fue doblemente significativo: avisaba sobre la necesidad de no perder más tiempo e introducía el coraje necesario para lidiar con el lobby de los sectores ligados a los combustibles fósiles.
En esa misma Cumbre se habían destacado dos jóvenes de menos de 20 años: Greta Thunberg y Xiye Bastida. Greta llamó la atención que en pleno 2021 era “una vergüenza el hecho de que… todavía estemos subsidiando los combustibles fósiles usando el dinero de los contribuyentes de manera directa o indirecta… Es una prueba de que no han entendido en absoluto la emergencia climática”. Y denunció con fuerza los permanentes y gigantescos fondos con que los gobiernos –con dinero de sus ciudadanos– subsidian los combustibles fósiles
Xiye, por su parte, sacudió los tímpanos de los líderes, al enfrentar al secretario de Estado Anthony Blinken quien le había agradecido “aportar su poderosa voz” y por encima de los jueguitos de la diplomacia gentil le contestó que “es hora de que dejen de darnos las gracias por ser activistas… Yo no quería venir aquí y leerles nuestras preocupaciones. Si hubieran estado escuchándonos, ya sabrían cuáles son”.
Como lo hiciera la gobernadora de Nuevo México, Greta recordó que EEUU hace más de un siglo que subsidia esa contaminación: “Es necesario detener ahora mismo toda inversión en combustibles fósiles, su extracción y mantener el carbono bajo tierra. Sobre todo en el caso de EEUU que es el mayor emisor de la historia”.
Una vez más, Michelle Luján apuesta a ser una intérprete privilegiada de los intereses de la ciudadanía y muestra su capacidad de poner a Nuevo México ante el futuro. En julio pasado, la gobernadora pidió detener los permisos de petróleo y gas para frenar la contaminación.
Se hacía eco del pedido de los activistas ambientales de su Estado para bloquear los permisos de petróleo y gas para detener la contaminación del aire. Para responder al reclamo ciudadano, Nuevo México estableció normas destinadas a limitar las emisiones de metano y otros contaminantes del aire en las operaciones de extracción.
El Departamento de Energía, Minerales y Recursos Naturales de Nuevo México (EMNRD) promulgó recientemente nuevas reglas para los operadores de petróleo y gas que requerirán que capturen el 98% de las emisiones para 2026, mientras que el Departamento de Medio Ambiente de Nuevo México (NMED) buscó regulaciones complementarias para reducir las emisiones.
Hacerlo en Nuevo México no es cualquier cosa. Requiere un enorme coraje y una conciencia ambiental clara. Se trata de uno de los grandes productores de petróleo crudo de EEUU. La cuenca del Pérmico se encuentra parcialmente en Nuevo México y el lobby petrolero goza allí de un enorme poder.
Con el auge del fracking desde mediados de la década pasada, la cuenca del Pérmico y las operaciones de petróleo y gas de Nuevo México y otras fuentes estadounidenses, llevaron a un enorme incremento en la producción de petróleo crudo en EEUU. Lo que permitió al país reconvertirse como el mayor productor mundial de petróleo crudo, en 2018 y acrecentar las emisiones contaminantes.
En un discurso en el State Environmental Protection meeting (14.7.21) Luján recordó que las operaciones de petróleo y gas de Nuevo México contribuyen a la liberación de metano por encima del promedio de gases de efecto invernadero, con graves impactos para la salud humana y el medio ambiente.
La gobernadora destacó las formas innovadoras en que Nuevo México está abordando el cambio climático bajo su liderazgo: reducción de las emisiones del sector de servicios públicos y la industria del petróleo y gas; priorización de la legislación de normas de combustibles limpios; desarrollo del territorio estatal como el mayor centro de hidrógeno de EEUU; adopción de normas para automóviles limpios; inversión en capacitación laboral en energía verde; reutilización de las aguas residuales de petróleo y gas; etc.
La ambiciosa agenda de la líder latina se dirige a convertir a Nuevo México en un líder ambiental nacional –a través de un enfoque de integral de gobierno– mostrando que una planificación de vanguardia en materia de mitigación y resiliencia, puede servir de ejemplo a otros estados y países. Y que descarbonizar y diversificar la economía de Nuevo México es posible si se buscan soluciones innovadoras para enfrentar los desafíos climáticos sin renunciar al crecimiento económico.
“Si otros estados y países están buscando un modelo de acción climática a seguir, miren a Nuevo México”, afirma exultante Luján. James Kenney, secretario de Medio Ambiente de Nuevo México, reconocía que bajo la administración Grishan, “nuestro estado se ha convertido en un modelo de acción climática innovadora, colaborativa y equitativa que no deja a ningún nuevomexicano atrás. La misión del Departamento de Medio Ambiente es proteger y restaurar el medio ambiente y fomentar un Nuevo México saludable y próspero para las generaciones presentes y futuras. Desde la implementación de normas de reducción de emisiones de petróleo y gas, líderes a nivel nacional hasta la promulgación de nuevos códigos de construcción energéticamente eficientes que ahorrarán a los hogares de Nuevo México hasta 400 dólares al año, el Estado de Nuevo México está iluminando el camino hacia un futuro más brillante para todos”
Su vocación de servicio le viene de cuño familiar. De hecho, en Nuevo México se reconoce que allí hay tres partidos tradicionales: los republicanos, los demócratas y los Luján. Forma parte de la familia política Luján, cuyos antepasados han habitado Nuevo México por doce generaciones y cuyos miembros han servido en cargos políticos y de gobierno. Su abuelo Eugene Luján fue el primer presidente hispano de la Corte Suprema de Nuevo México y su primo Manuel Luján fue Secretario de Interior del presidente George W. Bush.
Michelle Luján Grisham, antes de ser gobernadora, fue diputada y senadora. Posee una licenciatura en ciencias y un Doctorado en Derecho de la Universidad de Nuevo México.
Se define como socialmente liberal y conservadora en materia fiscal. Ha defendido posiciones progresistas casi en solitario cuando nadie se hacía eco de ese posicionamiento en EEUU. Mujer, latina y defensora de los derechos de las mujeres y los inmigrantes es hoy una de las líderes con mayor aprobación a nivel nacional.
Ganó su puesto en el Senado con el 59% de los votos. Opuesta frontalmente a Trump, en 2016 fue elegida como presidenta del Caucus Hispano en el Congreso. Su acción fue decisiva para salvar la Dream Act y evitar que más de 600.000 jóvenes indocumentados (Dreamers) quedaran sin protección, ante la resistencia de Trump para otorgarles un camino a la ciudadanía.
En noviembre 2018, Luján Grisham fue electa gobernadora de Nuevo México, con el 56.9% de los votos, transformándose en la primera mujer demócrata elegida gobernadora de ese Estado y en la primera latina demócrata elegida jefa de estado en la historia de Estados Unidos.
Sus éxitos van más allá de lo ambiental: afrontó el problema de la economía y el empleo con el plan “Construye Nuevo México” y un programa de diversificación de la economía, poniendo la seguridad económica como una prioridad en su gestión; defendió la disciplina y la justicia fiscal a la vez que promovió una inyección de capital a las pequeñas empresas para aumentar los puestos de trabajo; desarrolló cuatro Centros de Excelencia en las universidades estatales en biociencia, ciberseguridad, agricultura y energía, y propuso la eliminación de las matrículas universitarias.
Se opuso a las medidas de Trump anti-inmigrantes y a la aceptación de la Guardia Nacional así como a la construcción del muro fronterizo, medida que catalogó como “militarización de la frontera”.
Supo enfrentar con dureza el rechazo de los sectores ultra conservadores a su ley de control de las armas de fuego –una plaga que EEUU no logra dominar– y un año después redobló la apuesta firmando un proyecto de ley de armas de bandera roja, advirtiendo a los sheriffs que si no tenían la intención de hacerla cumplir, “deberían renunciar como oficial de la ley y líder de esta comunidad”.
Ante el amparo de Trump a las milicias ultraderechistas y la violencia policial, la gobernadora planteó que EEUU “ha institucionalizado el racismo y tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para abordarlo”, comprometiéndose a presentar cargos contra las milicias y creando una comisión de derechos humanos para evaluar la violencia policial en su Estado y delinear nuevos mecanismos para la rendición de cuentas dentro de los departamentos de policía.
Su promoción de los derechos de la mujer, la llevó a enfrentar los argumentos republicanos en contra del aborto. Pero el mejor fruto de su liderazgo fue su éxito ante la pandemia, que la irracional, torpe y más tarde caótica respuesta del gobierno de Trump provocó que EEUU tuviera las peores consecuencias del coronavirus (42,9 millones de contagios y 688.000 muertes).
Gracias a su experiencia como Secretaria de Salud en el Estado, Luján Grisham supo que lo primero que había que hacer en una situación semejante era asegurar los suministros de pruebas y emitir órdenes de cierre anticipado cuando sólo había cuatro casos en Nuevo México. Gracias a la firmeza de sus decisiones, de las 688.000 muertes en EEUU, Nuevo México sólo padeció hasta fines de este mes de septiembre 4.751 fallecimientos.
Así también se conoce a Nuevo México, que sigue siendo el Estado más hispano de EEUU con 47,7% de habitantes provenientes de América Latina y otros lugares de habla hispana, por delante de Arizona, California y Texas donde casi un 30% de los residentes se describen como hispanos.
Allí, el orgullo latino tiene un enorme arraigo al punto que el Estado lleva tres mandatos consecutivos en manos de gobernadores hispanos.
Su larga lucha ha transformado a Luján Grisham en un referente hispano en la política de EEUU, al punto que estuvo en consideración del equipo de Biden para proponerla como candidata a vicepresidente.
Aunque desconocida para muchos, la gobernadora de Nuevo México ha sido una de las pocas líderes del país en enfrentar la contaminación de la perforación de petróleo y gas en tierras del sureste de Nuevo México, zona incondicionalmente republicana y “negacionista del cambio climático”.
La posición del gobierno a favor del medioambiente es compleja y difícil, ya que esas industrias proporcionan el 35% de los ingresos generales del Estado, a lo que debe sumarse la minería (extracción de potasa).
Desde el desarrollo del fracking, EEUU recuperó su liderazgo petrolero. Treinta y dos estados producen petróleo, lo que significa el 15% de la producción mundial de petróleo. Nuevo México y Texas están en la Cuenca Pérmica, la mayor región productiva del país. El suroeste de Texas y sureste de Nuevo México contienen 46.300 millones de barriles de petróleo recuperable, 281 billones de pies cúbicos de gas natural y 20.000 millones de barriles de líquidos de gas natural, reservas para más de 50 años (USGS).
Esas reservas se extienden desde Texas hasta los condados de Lea y Eddy en Nuevo México, reductos de lo más recalcitrante del negacionismo climático y del pensamiento republicano más retrógrado que constituyen el bastión de la oposición a Luján Grisham, cuya acción califican como “excepcionalmente decepcionante…” ya que no tiene en cuenta que la industria del petróleo y el gas “ha sostenido las finanzas del estado de Nuevo México durante décadas”.
A fin de llevar la presión al máximo, las corporaciones contrataron a la lobbista FTI Consulting, asesora durante años de empresas como ExxonMobil, Chevron y Cimarex, para impulsar políticas y campañas a favor de los combustibles fósiles y donde opera Jeff Murray, un ex miembro demócrata del personal del Congreso y un lobbista de alto poder que trabaja con FTI.
Poco les importa que diversas comunidades hayan probado que la acción de las empresas de petróleo y gas provocara grave deterioro del aire y el suelo. Grupos nativos han calificado la actividad petrolera como “racismo ambiental” debido al impacto a largo plazo que tiene sobre la salud y las tierras de sus comunidades.
La perforación de petróleo y gas es determinante para las emisiones de ozono y otros contaminantes del aire que causan problemas de salud e impulsan el cambio climático. El ozono a nivel del suelo causa cáncer.
El Depto. de Medio Ambiente del Estado determinó que áreas conocidas por sus actividades con combustibles fósiles, tienen los niveles de ozono más altos del Nuevo México, por encima de los estándares federales.
La calidad del aire en el condado de Eddy está entre las peores de EEUU, según la Asociación Estadounidense del Pulmón, que le otorgó una calificación F por contaminación por ozono, que puede causar innumerables problemas de salud pulmonares y cardiovasculares. “Debido a que el ozono afecta regiones enteras, esta alta contaminación por ozono está dañando prácticamente a toda la población de Nuevo México”, señalan en una carta a la gobernadora las organizaciones ambientales.
Si bien el dióxido de carbono es, por mucho, el mayor contribuyente al cambio climático, un informe reciente del IPCC sugirió que entre el 30% y el 50% del aumento actual de las temperaturas se debe a las emisiones de metano. El análisis del Fondo de Defensa Ambiental en 2020 ya había estimado que las petroleras y gasíferas de Nuevo México emiten más de un millón de Tm de metano al año.
La “tierra de encanto” está demasiado poblada de ‘fósiles’ como si producir esos combustibles también fosilizaran cerebros e ideas. En lugar de apostar a diversificar sus economías como propone Luján Grisham y favorecer la transición energética, los funcionarios republicanos del sureste de Nuevo México, caminan contra la historia y esperan multiplicar los ingresos fiscales del fracking. Argumentan que en 2020 sus contribuciones al presupuesto estatal –en especial para la financiación de las escuelas públicas– totalizaron más de u$s 1.000 millones, sin contar con que sus servicios públicos y escuelas están entre los peores del país.
La lucha para Nueva México es desigual. De allí el enorme mérito de Michelle Luján Grisham. Pese a sus declaraciones a favor del clima, la propia administración de Biden continúa emitiendo permisos de perforación desde el Departamento del Interior y la Oficina de Administración de Tierras. Desde Biden que asumió se aprobaron más de 2.000 permisos y más de la mitad fueron para Nuevo México.
Taylor McKinnon, del Centro para la Diversidad Biológica, recordó que Biden en campaña, se comprometió a luchar contra la contaminación de los combustibles fósiles y que los permisos incumplen su promesa. Luján Grisham busca que convencer al gobierno federal para que acompañe sus esfuerzos para mitigar el cambio climático a través de sus regulaciones a fin de que los operadores de petróleo y gas capturen el 98% de las emisiones para 2026 y reduzcan sus actuales emisiones.
La buena noticia es que la secretaria de Energía de Biden, Jennifer Granholm, visitó el mes pasado Nuevo México para conocer las iniciativas de energía renovable en ese Estado y recorrió Pajarito Power (hidrógeno), Kairos Power (energía nuclear) y las nuevas mejoras de eficiencia energética en los edificios residenciales. Celerah Hewes, de Moms Clean Air Force en Nuevo México (una comunidad de más de un millón de padres unidos contra la contaminación del aire y el clima para proteger la salud de sus hijos) le transmitió a Granholm, los esfuerzos de transición hacia la energía limpia que está haciendo Nuevo México y los graves problemas de calidad del aire acarreados por la industria del petróleo y el gas.
Pese a que el IPCC de Naciones Unidas hizo el mes pasado una severa advertencia sobre que el calentamiento global se está desbordando, que la crisis climática ya afecta a todas las regiones del planeta y que existe un riesgo real de un calentamiento global desastroso si se continúa emitiendo gases contaminantes, EEUU no solo produjo en 2020, el 15% del petróleo mundial (más que Rusia o Arabia Saudita) sino su industria petrolera y de gas prevé aumentar su producción.